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lunes, 25 de abril de 2016

La génesis del Autoconocimiento. Un viaje hacia ti mismo.

Jorge Galo Medina T. y  Gaysi Medina F.


Hace ya varias décadas, un joven saltillense, se propuso realizar  un  viaje personal para  cambiar su forma de vida.  Una  vida, llena de claroscuros, llegaba a un umbral, que de cruzarse significaba estancarse  en ese pantano de la vida, que como muchos seres humanos como él, lo habían hecho. Un pantano mental, al que se llega por muy diversos caminos y del cual difícilmente se sale. Su presente estaba lleno de un pasado significativo, y, le llamaba para tomar una decisión que lo ubicaría en un futuro lleno de promesas y realizaciones. Como todo proceso de vida, el cambio de las actitudes del ser humano es un largo camino,  repleto de trampas y recompensas. Sin quererlo, se estaba planteando una de las preguntas más trascendentales que todo hombre o mujer en algún momento de su vida es capaz de hacerse: ¿En quién me estoy convirtiendo o transformando?  Y si bien este cuestionamiento no tiene respuesta única, en el fondo significa, que si tenemos opciones diversas, y que tenemos que escarbar hondo al interior de cada uno, para convertirnos en una realidad diferente a la que somos. 

Como todo ente social, Carlos Aguirre,  tenía una identidad histórica que lo unía al  pasado, una identidad cultural de costumbres y tradiciones que lo ubicaba en el presente, y una identidad visionaria llena de sueños, aspiraciones, recreaciones y de imaginaciones que, convertidos en proyectos y propuestas con metas, lo posicionaba en el futuro.  Con este morral tridimensional, iniciaba  una jornada en busca de su desarrollo personal, explorando el autoconocimiento y la aceptación de su realidad, como piedra angular para encontrar su propio camino de crecimiento.
En ese sendero de lucha para vencerse primero a sí mismo, veinte años atrás, Carlos tomó la decisión de internarse en una clínica de recuperación, para iniciar su carrera como terapeuta especializado en adicciones y recuperación. Crea la Fundación Ave Libre a partir de  la cual se establecen varias casas de medio camino y clínicas de rehabilitación; y como cimiento, crea la fraternidad y Programa ‘Mispah’, desde el cual han recibido ayuda   miles de seres humanos mediante una singular experiencia espiritual, que les ha permitido alcanzar la sobriedad, la recuperación y la libertad. Posteriormente, crea el Taller de Autoconocimiento Profundo, como metodología integradora de toda su experiencia terapéutica, la cual recientemente quedo formalmente aprobada y publicada como norma de competencia de CONOCER, como ‘Taller de Autoconocimiento Profundo con Orientación Productiva’.
Durante su consolidación como terapeuta profesional, Carlos fue plasmando en diversas publicaciones muchas de sus experiencias, como testimonio de su quehacer. Los libros hablan del autor y sus circunstancias, por lo que dejemos que sean ellos los que nos narren un poco de la vida de Carlos al servicio de muchas vidas.
  
En  ‘Las puertas de la locura y de la muerte’ y ‘Manipulación o codependencia’,  se habla del presente, ¿qué pasa conmigo?, ¿por qué soy como soy?  Esto es, como entender mi situación actual o presente. Al nacer, nuestro equipaje solo consiste de dos cubetas, una,  llena de oportunidades, la otra, vacía de experiencias. Al crecer y desarrollarnos, vamos llenando la última y agotando la primera. En ese viaje perdemos el equilibrio,  ya que no hay correspondencia entre las emociones y sentimientos que acumulamos y los resultados que encontramos. El desequilibrio se convierte en una vida sin sentido, no encontramos nuestro lugar en el mundo,  desencajamos, desentonamos, y entran en juego nuestros mecanismos de defensa. Estos son el maquillaje o máscara que esconde la vida falsa que construimos. Así, nos refugiamos en conductas que, al intentar dar solución a nuestros problemas cotidianos, se convierten en una causa mayor de ellos. Esta distorsión de la realidad representa el síntoma no la causa de nuestros verdaderos problemas. ¿Cómo seguir llenado nuestro recipiente de experiencias sin agotar el de las posibilidades? ¿Cómo salir de ese sendero falso por el que caminamos? ¿Cómo acceder a una vida plena, gratificante, feliz y más equilibrada? Estos dos libros se nos  ofrecen  caminos para reencontrarte contigo mismo, te da las pistas para que aterrices en la senda de la autorecuperación, mediante el mejor conocimiento de ti. Si te has dado cuenta de que es más doloroso permanecer en el mismo lugar que moverte a otro, ya tienes la mitad del camino recorrido, y empiezas a percibir que el cambio si es posible, que no es una ilusión, que ahora es una esperanza posible.
 Para los libros  ‘Mirando el pasado’ y ‘Culpable’, Carlos  viaja al pasado, como manera de entender nuestro presente. Lo que me pasa en la actualidad es consecuencia del pasado. Se nos fue inculcando la idea de que ‘adquirir’ era la esencia de la vida; todo se reducía a poseer  más cosas, más estudios, mejor cuerpo, más juventud, más dinero, mejor posición social y económica. Ese era el único sendero para encajar en tu mundo. Tu autoestima se asoció con la acumulación de bienes materiales. Enterrada quedó la idea de que la vida es bella, no por lo que puedes comprar, sino por el tesoro que llevas en tu interior, en ti mismo. Dejamos de ser seres humanos y nos convertimos en egos humanos, el ecosistema se transformó en un egosistema. En este viaje, no se pretende cosechar frutos, sino sembrar semillas, para que al cultivarlas pacientemente nos den ese anhelado fruto que significa una vida más humana, menos material. El recorrido que se realiza, hace honor a ese ancestral refrán de los viajeros al que hace referencia el Jefe Indio Seattle ‘Llévate solo los recuerdos, deja solo tus huellas’.   Al final de nuestra jornada, son los recuerdos lo único que nos llevamos en la maleta. La vida está hecha de pedacitos de momentos, no los desperdiciemos, disfrutémoslos. Por eso, hay que voltear al pasado, verlo, para regresar al presente y vivirlo. Si aceptamos que los años nos enseñan tantas cosas que los días jamás llegarán a conocer; entonces, los momentos de la vida, convertidos en miríadas de recuerdos, encierran un gran tesoro por descubrir.

Y finalmente, con el libro ‘Asuntos espirituales’, Carlos aborda el futuro. Es una  filosofía de vida, aprender del pasado y del presente, aprender de los errores que tenemos como seres humanos y convertirlos en lecciones de vida. . Para ello, es necesario aligerar la carga, mediante el  arrepentimiento como herramienta de cambio personal. Mejor no lo hubiera expresado alguien, que el místico cristiano Pierre Teilhard de Chardin al afirmar  “No somos seres humanos atravesando una experiencia espiritual; somos seres espirituales viviendo una experiencia humana”.  Por ello, somos los únicos responsables de nuestra vida, ese mosaico  de experiencias humanas. Actuar con responsabilidad nos obliga a aligerar la carga, heredada familiar,  cultural o históricamente, ese lastre que nos agobia día a día, y convertir los problemas, dificultades o complicaciones, en oportunidades, ocasiones y ventajas. Y eso solo lo podemos hacer realidad si nos cambiamos de lentes. Si queremos una vida distinta, hagamos algo diferente. Construir, diseñar nuestro futuro, solo se puede realizar a partir de lo que  hagamos en el presente. Aportar los cimientos de una vida con sentido, plena de felicidad y libertad, para que en ella habites  en el futuro, es la filosofía y propósito de este último libro.

La obra de Carlos, en su conjunto, es su carta de presentación. Un guion de vida para la   transformación personal, en el que las acciones hablan más que las palabras.  Tal y como recientemente lo planteara el Dr.  Fernando Flores, la educación no es más que el aprendizaje de diversas prácticas, que sirven de base para aprender otras, y así sucesivamente en niveles crecientes. Y todo parte, del cambio de actitud, que eventualmente nos permite mejorar nuestras aptitudes. Y de esas nuevas aptitudes ir escalando esa escarpada montaña que representa nuestra vida, en busca de un mejor conocimiento de nuestras vidas. ¿Para qué? Simplemente, para comprometernos a ser mejores, y enfrentar con mejores estados de ánimo,  los retos de la vida, para llegar a la altitud que nos corresponde como personas plenas, equilibradas, en crecimiento constante y más libres.