De niños, todos hemos sufrido caídas, raspaduras, hemos llorado...
para volver a jugar al rato. De grandes, nos volvemos más pesados
y las caídas no sólo duelen, sino que también se sufren. Ya no es sólo
el cuerpo quién siente el golpe... sino también el ego.
Así, cuando algo nos lastima, volver a sonreir y re-entrar en el juego
de la vida suele llevarnos algo más de tiempo. En esos momentos,
la manera en que interpretamos la situación tiene más que ver con el futuro,
que con el pasado... Es nuestra creencia en el futuro, en lo qué vendrá a partir
de ahora, quien opera de “resorte” para que nos levantemos... o no.
Recién al levantarnos viene todo lo demás. Luego podemos aprender; crecer,
madurar, aceptar... seguir, cambiar, o fortalecernos. Pero volver a empezar,
cuando hemos caído, requiere un salto que rompe con mucho de lo que creíamos,
o sosteníamos hasta ahora.
Suscitar significa levantarse. Volver a levantarsey re-suscitar...
definitivamente, es un acto de fe.
Por:
Martín Castro
club@efectividad.net
Rosario, Argentina
Club de la Efectividad
(Nos caemos... para volver a levantarnos).