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lunes, 24 de marzo de 2014

EXTENSIONISMO PARA HUMANOS: LaParcela es la Mejor Escuela




Jorge Galo Medina T
Héctor Castellanos A
Roxana Aguirre E
Rodrigo Sánchez A
Dirección General de Desarrollo de  
Capacidades y ExtensionIsmo Rural
Subsecretaría de Desarrrollo Rural
SAGARPA


“No existe nada más difícil de realizar, ni más
 dudoso de éxito, ni más peligroso de 
manejar que iniciar un nuevo 
orden de las cosas”
Nicolás Maquiavelo

“Una revolución no sucede cuando una sociedad
                                                              adopta nuevos tecnologías, sino cuando
                                                                                    adopta nuevas conductas “
                                                                                                       Clay Shirky





Para un extensionista,  la vocación, es el principio de su tarea transformadora y de cambio cultural para conducir procesos de mejoramiento de la vida rural, encauzar conductas, actitudes y aptitudes de los productores hacia nuevos senderos productivos.
Hay una doble intención que subyace  en los principios que guían la labor del proceso  educativo del extensionista:

1) Que el productor comprenda mejor su mundo rural para transformarlo, y
2) Poner al alcance del productor los avances del conocimiento y la cultura productiva.

Esta es la esencia de la política pública en la extensión  rural, en la que se pone en práctica toda una teoría formativa, educativa, de desarrollo humano y conductual.  Siendo la práctica educativa, como afirmaba el educador Brasileño Paulo Freire,  la práctica social más política, la extensión rural como un genuino proceso educativo, es una formidable herramienta liberadora y transformadora del hombre. Y lo es aún más potente que la que se da dentro de los muros universitarios, en el aula, porque se lleva a cabo en la propia realidad de los productores, en sus parcela -- milpa, corral, monte o cuerpo de agua --. Al darse el proceso educativo de la extensión “fuera” del aula, permite una lectura dialéctica del proceso  formativo. Ahí es donde debe darse el extensionismo, en su búsqueda, más allá del conocimiento y producto, del productor agroalimentario.

Por ello, su labor esencial está conformada por un conjunto de actividades a realizar, de las cuales destacan el aprender de por vida, el motivar a los productores, involucrar a los productores en su desarrollo, la comunicación efectiva, el conducir procesos de cambio de actitudes, la orientación a resultados y la preparación permanente.



Mantenerse aprendiendo para enseñar*
(Certificación en estándares de competencia, Portal del extensionista, Posgrado)

Para ser efectivo, el extensionista debe no sólo dominar las innovaciones básicas para enfrentarse a todo tipo de productor, en cualquier lugar y con los productos del lugar; sino hacer de él un mejor guía, esto significa algo más que los materiales y temas que domina, para motivar  a los productores a su cargo, de manera que vea claramente que lo que se les está comunicando. Con ello podría efectivamente cambiar sus formas de producir,  de vivir, de pensar, de ver su mundo rural productivo más allá del producto, de la milpa, corral o cuerpo de agua que aprovechan. Esto significa  que el profesional del extensionismo debe de preocuparse porque los productores crezcan, cambien su perspectiva acerca de lo que hacen, y se conviertan en mejores productores, con mejores técnicas, mayores ingresos para mejorar su calidad de vida.
Esto, sólo puede realizarse si una de las principales cualidades de un extensionista es su actitud para comunicarse. Por tanto, el extensionista preparado y competente es aquel que se mantiene actualizado permanentemente y aprendiendo de por vida, que hace del aprendizaje una costumbre, siempre considerando el proceso educativo desde nuevas perspectivas, que provienen de sus experiencias inmediatas. Y para que su conocimiento práctico no quede obsoleto, debe mantener una actitud de estudio constante. Que los productores abreven en sus conocimientos frescos y actualizados y no añejados y obsoletos.
Este es el principio que guía el trabajo de extensión rural, ya que para poder instituir un cambio productivo y cultural en los productores, primeramente el extensionista tiene que cambiar, y ese cambio se da con el aprendizaje constante, que te mantiene al tanto de las novedades y de su posibilidad de convertirse en innovaciones rurales. 


Crear un ambiente estimulante y motivador*
           (Estrategia de innovación y desarrollo personal para la productividad)


Para ser un profesionista efectivo y competente, el extensionista además de conocer lo que va a enseñar, debe de conocer profundamente a los que va a atender: los productores. La clave de la efectividad de esta tarea recae en dirigir todos los esfuerzos hacia las actividades propias de los productores, ya que nada de lo que el productor pueda hacer por sí mismo, se le puede enseñar o hacer. Lo que es importante, por ende, no es lo que el extensionista haga, sino lo que los productores hagan como resultado de su acción, este es el impacto real que se busca. El trabajo del extensionista es estimular y motivar,  animar y dirigir hacia un propósito productivo y cultural a los productores; mientras que estos asumen el rol de descubridores, hacedores o investigadores de su realidad rural. En síntesis, deben honrar el decir y el hacer, el ser congruentes, a lo que tiempo atrás  Platón pronunció: 

                             "Lo que en este país se honra, aquí lo cultivamos"

Esto significa en la práctica, que los conocimientos que el extensionista intercambia con los productores no son significativos por sí mismos, si no se relacionan con sus actividades productivas y dan resultados en su aplicación. El extensionista cultiva lo que es importante, significativo y trascendente para el productor agroalimentario.

Por tanto, el extensionista debe estar alerta y consciente de que el productor cambie o asuma nuevas perspectivas en como pensar, como aprender y como trabajar mejor o diferente. Y el reto es hacerlo con personas adultas que la más de las veces no saben leer, escribir, escuchar o hablar adecuadamente. Y con ello, no caer en la tentación de hacer las cosas por ellos, --pensar por ellos, hablar por ellos, tomar decisiones por ellos-- lo que los convertiría en educandos inválidos o parapléjicos. No olvidar, sin embargo, que la extensión rural es tanto una ciencia como un arte, en el primer caso porque implica principios y leyes básicas y lo seguido porque hay que conocer las excepciones a las leyes o principios.


Involucrar a los productores en su propio desarrollo*
                                        (PIIEX, RENDRUS, Servicio Social Gratificado)


Las únicas transferencias que funcionan son las bancarias o electrónicas. El conocimiento no puede transferirse a una persona, como si fuera una sustancia material que la mente puede ingerir. Los pensamientos no consisten en objetos que puedan manejarse o guardarse,  ya que las ideas así como las experiencias pueden repetirse, renovarse o reflexionarse. El extensionismo debe de visualizarse como una fuerza transformadora e innovadora. Su meta suprema es tratar con personas y cambiar a personas. El proceso de enseñanza-aprendizaje va más allá del propósito persuasivo de convencer que este o aquel método o práctica es mejor, sino de cambiar la actitud del productor acerca de lo que hace rutinariamente. Y ello dependerá de que tanto lo involucremos en esta dinámica. Sólo que ello implica una condición esencial: el tema con el que se pretenda involucrar al productor debe tener alto significado para él, no debe ser un fin en sí mismo, sino un medio para alcanzar una meta.



              La comunicación es la base del proceso de cambio*
                                                                                  (CEIR)


Si en algo se diferencia un extensionista de otras profesiones, es precisamente por la comunicación, ya que esta constituye la razón de su existencia, y a la vez se erige en su principal reto y problema. Y para ello, tiene que establecer una base común con el productor, establecer un puente comunicante (la raíz latina de la cual se deriva la palabra comunicación es communis, que significa común); en la práctica esta es la base para intercambiar información entre el productor y el extensionista. Y es la actividad más difícil de dominar, de ejercer, ya que involucra tres aspectos que ambos personajes hacen todos los días pero en diferentes contextos y realidades: pensamiento-sentimiento-acción. Entré más sepa, sienta a profundidad y lo haga sin ambigüedades, un extensionista tendrá mayor posibilidad de establecer una comunicación efectiva con los productores. Y ello implica el poner en balance entre la comunicación y el contenido, entre los hechos y la forma y entre lo que se enseñan y como se enseñe; y esto requiere fundamentarse en dos aspectos, preparación y presentación.
La comunicación bien realizada se basa en una buena preparación de la forma en que el contenido se va a expresar, de estructurar sus conocimientos con los del productor, relacionarlos con los problemas más apremiantes del productor, de tal forma que la mejor prueba de que se hizo una buena comunicación es lo que el productor diga, sienta y  haga, después de la intervención.  Y esto es el resultado de una adecuada presentación, en la que se ha cuidado el decir con claridad los temas seleccionados y que el productor los entienda. Y para estar seguro de ello, la única herramienta que se dispone es la retroalimentación; y esto se hace mediante un proceso de preguntar acerca de sus problemas y como se relacionan con lo que se ha dicho, de interactuar, acerca de sus problemas y de estar seguros de qué han entendido lo que se ha dicho.


           El mejor extensionista no mueve mentes sino actitudes.
           (Extensionismo en Entidades Federativas)

Puesto que los productores --al igual que cualquiera otra persona-- sólo aceptan lo que sienten que están dispuestos a aceptar y rechazan lo que ello están dispuestos a rechazar; esto marca la diferencia entre los productores receptivos y resistentes,  entre los que creen y los que desconfían, entre los que podrían cambiar y los que seguirían igual. Esto no es un asunto o tema menor, y no se trata de sí el conocimiento es adecuado, apropiado o percibido como importante; es algo más profundo que eso y tiene que ver con la confianza. ¿Cómo nos podemos ganar la confianza del productor?
Si bien es cierto que el conocimiento, los recursos tecnológicos que se ponen a disposición del productor son importantes, un factor que marca la diferencia es el relativo a mover la persona completa, su intelecto, sus emociones y su voluntad; sin duda difícil de poner en marcha, pero de la mayor efectividad y resultados permanentes. Pone al extensionista en posición de agente clave para el cambio, ya que de su personalidad o carácter se deriva que tanta confianza depositen en él los productores. El carácter y la motivación serán indispensables para crear los conocimientos necesarios que sustenten las acciones y cambios que se quiere adopte el productor.
Para el extensionista el proceso enseñanza-aprendizaje debe de ser visto como un todo, al igual que él debe de ser visto como un todo. Lo mismo que el vea al productor como un todo. La renovación del productor se da si hay una renovación mental, en  su manera de pensar, en sus actitudes y percepciones, a través de resultados concretos.
El propósito del extensionismo y el aprendizaje que lleva implícito no se darán si no se da primero un cambio mental, emocional y volitivo. Para realizarlo, el extensionista tiene tres maneras de lograr el impacto deseado: lo primero es conocer bien quienes son los productores, su entorno, manera de pensar, su cultura,  sus métodos de trabajo, sus necesidades; ello significa estar cerca del los 'con los pies en la tierra'; enseguida, tiene que ganarse el derecho a ser escuchado, y ello se basa en la credibilidad ante los productores que es la antesala de la comunicación; y por último, la humildad para tratar a los productores, que haga que lo perciban como es, un ser humano que lucha al igual que ellos y que le ha costado mucho esfuerzo llegar hasta donde está situado ahora, con la responsabilidad de conducirlos por mejores senderos productivos.



El extensionista motiva al productor para alcanzar resultados efectivos
               (Programa de vinculación con Instituciones Nacionales y Extranjeras y 
                                                      Modelos de Extensión)


Para encontrar resultados positivos en su tarea, el extensionista tiene como desafío principal el cómo motivar a los productores, para sacarlos  de su rutina y empujarlos hacia acciones diferentes y mejores. ¿Qué elementos son necesarios para una adecuada motivación? Hay que distinguir entre la motivación extrínseca y la motivación intrínseca, la que tiene que ver con las cosas exteriores y la que atiende el interior de la persona, respectivamente. El trabajo del extensionista  no es convertir a los productores en buenas personas, sino en mejores productores y ello se basa en el desarrollo personal, en la motivación intrínseca que produce resultados permanentes. Esta motivación es equivalente a proveerle al productor con un auto-arrancador que le permita hacer cosas diferentes no porque así se lo digan o sugieran, sino porque así lo decida él. Y la herramienta más potente disponible al extensionista es la de concientizarlo en sus necesidades, el hacerle que visualice claramente lo que más necesita para optar por mejores rutas.
El hacer posible de una manera estructurada el proceso de motivación y que se convierta en un ejercicio o entrenamiento experiencial, se puede abordar por fases. Primero, la más común. Y por tanto la más firme, es la que se refiere a la exposición o presentación oral, y muchas veces auxiliada de forma escrita y con apoyos audiovisuales. Es altamente deseable que esta se repita y se realice con diferentes instrumentos de aprendizaje, a fin de que el material que se presente sea comprendido a plenitud. Después, viene la fase demostrativa, en la que el productor aprecia lo que se presentó en el terreno, en vivo. Finalmente, las etapas finales tienen que ver con hacer las cosas, de manera controlada y luego sin control, en situaciones de la vida real, en el laboratorio o aula llamada corral, parcela, lago o mar abierto. Esta actividad realizada con cuidado y profesionalismo en el propio terreno del productor, le otorga a éste con un sentido de responsabilidad y rendición de cuentas. Entré más se involucre un agricultor en la demostración de resultados prácticos de una mejora, mayor será su apreciación de sus bondades y posibilidades de aplicación de manera comercial.
Todos, sin excepción, podemos ser motivados para aprender nuevas cosas. Lo interesante es que cada uno responde de manera distinta a las personas, a los métodos y a los tiempos en que se realice.
Conocer al productor es un primer paso que debe de ser seguido de uno en el que él productor conozca al extensionista; y a partir de esta relación seguir construyendo de forma creativa en una espiral ascendente e interminable.


           El extensionista capacitado obtiene los mejores resultados
                                                                (Servicios de Soporte)


            El Extensionismo no es una actividad unilateral. El proceso enseñanza-aprendizaje es mucho más efectivo cuando tanto el productor como el extensionista deben estar preparados adecuadamente. El productor puede prepararse mediante la motivación intrínseca, el desarrollo personal y mayor autoconocimiento para incursiona en ámbitos productivos de mayor alcance. De igual forma, la preparación del Técnico Extensionista tiene una parte de motivación intrínseca y de autoconocimiento para su ámbito personal y profesional, y otra parte de innovaciones que debe de dominar, tales como un conocimiento del producto con el que trabajará, el mercado, el proceso, las instituciones gubernamentales y de educación e investigación, de los aspectos sociales y de la cara humana de los productores.
Los estudios y la experiencia han demostrado la relación existente entre el impacto y la capacitación e indican que en términos de las metodologías empleadas, y que tiene que ver con las diferentes maneras de exponer un tema, una tecnología, equipo, práctica sanitaria o nutricional, el mayor impacto se da cuando menos predecible es el método empleado. Ello constituye un gran indicador para que los extensionistas estén siempre preparando diversas manera de tratar un tema, fomentar y usar la creatividad para motivar a los productores, para encauzarlos hacia una nueva y mejor transformación productiva y cultural.


              Un extensionista debe cultivar una mente holística
                                                                (Modelos de Extensión)


Las actividades básicas que debe realizar un extensionista en su práctica cotidiana con los productores, están relacionadas entre sí y se complementan para hacer de su labor una tarea significativa, de impacto en el ámbito productivo, exitosa, que  libere, empodere y modifique la actitud y mentalidad del productor.
Debe servir como una guía para el trabajo de campo del extensionista, a quién sólo se recomiende que los estudie y arregle de tal manera que los pueda visualizar como un todo, y que periódicamente los revise bajo una estructura de estudio que le permita interactuar con los productores, y que como mínimo tenga las siguientes partes de análisis:

 ^Enfoque, a fin de capturar la atención, que enganche y persuada a los interesados acerca de la importancia de los temas a tratar; 
^Análisis, que permita clarificar los conceptos , características del contenido a exponer, y que asegure un proceso enseñanza-aprendizaje efectivo; y
 ^Aplicación, en la que los productores motivados e interesados en conocer más lo que se les han expuesto, tengan la oportunidad de conocer en el terreno las implicaciones productivas de los conocimientos que ha intercambiado el extensionista.


 Un extensionista competente debe ser nuestro estándar, no nuestra meta 






* Para cada apartado entre paréntesis se anotan los servicios y conceptos del Componente de Extensión e Innovación Productiva (CEIP) del Programa de Desarrollo Rural Integral 2014 de Sagarpa