“Sostengo que un hombre debería
luchar hasta el último aliento por el
valor que le ha puesto a su vida”
Robert Browning
(Epitafio en tumba de
Ernest Shackleton)
luchar hasta el último aliento por el
valor que le ha puesto a su vida”
Robert Browning
(Epitafio en tumba de
Ernest Shackleton)
"Se buscan hombres para viaje arriesgado.
Poco sueldo. Mucho frío.
Largos meses de oscuridad total.
Peligro constante. Sin garantía de regreso.
Honor y reconocimiento en caso de éxito".
Sir Ernest Shackleton
(anuncio publicado en
1914, en el Times de
Londres, para reclutar
marineros a expedición
al Antártico)
Dos naves separadas en el eje tiempo/espacio por 56 años y 384,ooo kms; una, la Endurance, navegando en el mar de Wedell en la antártica, en agosto de 1914. la otra la Apollo XIII, navegando en la órbita lunar, en abril de 1970. Los responsables, por un lado, Gene Kranz, por el otro Ernest Shackleton. Tardaron 4 días en regresar los del Apolo; mientras que los del Endurance, se llevaron un poco más de 2 años. Todos sobrevivieron.
¿Qué tienen en común esos dos viajes –el uno espacial y el otro marítimo—separados por más de medio siglo?
Primero, que ninguno de ellos cumplió su destino final. El alunizaje esperado en la región Fra Mauro, no pudo realizarse debido a fallas inesperadas en la nave, que mantuvo a la tripulación en órbita alrededor de la luna. Y el intento de atravesar de mar a mar la Antártida, tampoco se pudo llevar a cabo, debido a las condiciones climáticas extremas que obligaron al Endurance a permanecer atrapado en el hielo y luego sucumbir a la presión de esa formidable masa de hielo, que lo hundió. Sin duda, lo más sobresaliente fue el deseo vehemente de los responsables de ambas naves de regresar con toda la tripulación a salvo. En esas situaciones se puso a prueba su valor, inteligencia, coraje, toma de decisión, trabajo en equipo y liderazgo.
Primero, que ninguno de ellos cumplió su destino final. El alunizaje esperado en la región Fra Mauro, no pudo realizarse debido a fallas inesperadas en la nave, que mantuvo a la tripulación en órbita alrededor de la luna. Y el intento de atravesar de mar a mar la Antártida, tampoco se pudo llevar a cabo, debido a las condiciones climáticas extremas que obligaron al Endurance a permanecer atrapado en el hielo y luego sucumbir a la presión de esa formidable masa de hielo, que lo hundió. Sin duda, lo más sobresaliente fue el deseo vehemente de los responsables de ambas naves de regresar con toda la tripulación a salvo. En esas situaciones se puso a prueba su valor, inteligencia, coraje, toma de decisión, trabajo en equipo y liderazgo.
Un poco más lejos en el tiempo pero más próximo físicamente, la historia de la expedición del Endurance, bajo el mando de Sir Ernest Shackleton, es la lección de liderazgo que se desprende de las acciones tomadas al verse frustrado el plan original. Shackleton tuvo que abandonar su sueño de ser el primero en atravesar el continente antártico, para establecer como nueva prioridad el regresar con todos sus hombres vivos.
Fortitudine vincimus, reza el lema del apellido de la familia Shackleton, cuya traducción es más precisa en inglés que en castellano, ‘By endurance we conquer’. En castellano podría ser traducida como: ‘Resistir es vencer’ ó ‘Con coraje y con esfuerzo, venceremos’. No es coincidencia que el nombre del barco y el lema de su familia, en inglés, sea la misma: Endurance, esto es, resistencia. Y este es una de los conceptos claves del liderazgo, el resistir, a las más adversas condiciones para mantener en alto la moral, el ánimo, la cohesión y la unidad del equipo. El poder resistir a las más simples tentaciones, que en momentos críticos exige del ser humano, de la más estricta disciplina, autoridad y decisión.
Aquí encontramos otra palabra clave del liderazgo, Decidir, que significa separar, del verbo latino "decidere" que quiere decir, cortar. Esto es, al tomar una decisión, están haciendo a un lado, cortando otras opciones, para tomar un solo curso de acción. Una vez que el barco se hundió, se tomó la decisión de atravesar a pie y con pequeñas barcas parte del territorio para llegar al poblado más próximo; hecho que significó deshacerse de toda pertenencia no indispensable para la supervivencia. Más tarde se desprenderían de los perros y otras mascotas.
Para iniciar la travesía escogió a los 5 hombres más fuertes y con él a la cabeza, inició el recorrido para regresar en auxilio de la tripulación que permanecería por varios meses en la inhóspita intemperie. El liderazgo es actuar con el ejemplo. No sólo es dar órdenes y organizar el trabajo, es mostrar el camino y realizar acciones. No era la evocación romántica de la posibilidad de regresar con vida; sino el infundir la confianza a todo el equipo de que la decisión tomada es la mejor y que conducirá con éxito a terminar la misión.
La mejor descripción del tipo de liderazgo que ejerció Shackleton y que hoy en día se pone en práctica y es referencia obligada es la que relata Alfred Lansing en su libro ‘La prisión blanca’:
“…Para la labor científica, dadme a Scott; para un viaje rápido
y eficaz, a Amundsen; pero cuando estéis en una situación
desesperada, cuando parezca que no existe una salida,
arrodilláos y rezad para que venga Shackleton…”
En ese marco, Dennis Perkins, en su libro ‘Lecciones de liderazgo. Las 10 estrategias de Shackleton en su gran expedición antártica’, enumera las características del hombre, del líder de carne y hueso, con la capacidad de llevar su estrategia de líder hasta las últimas consecuencias y convertir su historia de fracaso en una de éxito y en la odisea marítima más espectacular de todas las expediciones que el hombre ha realizado. ¿Cómo se define un líder triunfador hecho de esa manera? Perkins elo caracteriza de acuerdo a las siguientes estrategias:
1. Nunca pierda de vista la última meta y concentre su energía en objetivos a corto plazo.
2. Dé ejemplo personal con símbolos y conductas visibles y fáciles de
recordar.
3. Inspire optimismo y autoconfianza, pero aférrese
a la realidad.
4. Cuide de sí mismo: mantenga su resistencia y déjese de complejos de
culpa.
5. Refuerce constantemente el mensaje de grupo: somos uno y viviremos
o moriremos juntos.
6. Minimice las diferencias de estatus e insista en la cortesía y el respeto
mutuo.
7. Domine el conflicto. Maneje el enfado en dosis pequeñas; atraiga a los
disidentes e impida luchas de poder innecesarias.
8. Encuentre algo que celebrar y algún motivo con el que reír.
9. Esté dispuesto a asumir el Gran Riesgo.
10 .Nunca abandone, siempre hay otro movimiento.
En cada una de las estrategias enumeradas por Perkins hay una historia que retrata no sólo a la manera de ser de Shackleton, sino la de todos los náufragos que sobrevivieron durante seiscientos treinta y cuatro días en las más duras condiciones. En conjunto nos dan una gran lección y ejemplo de supervivencia.
De manera específica considera al concepto de ‘límite’ como la esencia del liderazgo. Y lo analiza en sus dos dimensiones, el primer límite, llamado el ‘límite de la supervivencia’, nos ubica en la frontera de la resistencia humana. Y, el segundo límite, denominado el ‘límite de la realización’, se refiere a las barreras que enfrenta el potencial individual y organizativo.
En el fondo, todo liderazgo se acrisola en la fusión de ambos límites. Cambia la circunstancia en que los límites se ponen a prueba, pero al final, el líder exitoso, el líder triunfador, es aquel que consigue transformar los fracasos en victorias que día a día van fraguando su carácter y temperamento. Un líder así es aquel para quien el salario más preciado lo es el honor y el reconocimiento y para quien el fracaso no es una opción….sino el privilegio reservado para aquel que lucha hasta el último de sus límites por sus valores y principios.