terribles es no dejarlo dormir.
Se muere no porque no pueda descansar sino porque no
puede soñar.
Y se muere antes de hambre de sueños que de hambre de pan.
La sed de sueños nos mata casi tan rápido como la sed de agua.
Una persona torturada así, y por desgracia esto se ha usado a
menudo como método de tortura, en cuanto tiene un momento de
reposo cierra los ojos y se duerme al instante. Comienza a soñar
y sus párpados tiemblan como mariposas aterradas: es la fase REM.
Nuestra mente no puede soportar la realidad sin los sueños.
Las sociedades no son diferentes: necesitamos artistas que
sueñen el sueño de los pueblos.
Algunos sueños como el cine nos los dan hechos. Vamos al
cine a ver el Sueño de Otro. Como lo soñó otro.
La literatura siempre existirá porque con los libros, con los
cuentos, con las novelas, los ensayos y los artículos (a los que por
supuesto considero un género literario y uno de los más interesantes)
cada uno sueña su propio sueño.
...
Por eso, cuando ves primero la película, a menudo te gusta
más el libro, pero cuando lees primero el libro la película casi
siempre te decepciona. El libro era tuyo y tú ya lo habías rodado
en tu interior.
...
Ningún videojuego se puede comparar con el dominio de la
historia que tiene mi lector: porque un cuento es el único lugar
donde dos personas que no se conocen, que jamás se han visto
pueden encontrarse en la más pavorosa intimidad: el autor y el
lector se reúnen para celebrar una ceremonia secreta al término
de la cual una historia que pudo no ocurrir jamás seguirá desarrollán-
dose para siempre en la mente del lector.
....
Es bueno recordarlo porque así es cómo debería escribir
siempre un autor: como si le fuera la vida en ello. Del mismo modo
en que han sido escritos los grandes relatos de la historia porque,
como nos enseña Rilke en Cartas a un joven poeta, sólo deberíamos
escribir si sentimos que es la única forma posible para nosotros de
estar en el mundo.
En ese sentido cualquier escritor no escribe para vivir sino
para sobrevivir.
Y recuerda mis palabras: la buena literatura da miedo al que
la escribe y al que la lee.
No tengas miedo...'
Eugenia Rico. Saber Narrar en Literatura. En: Instituto Cervantes.
2012. Saber narrar. Aguilar. México, D.F. 291 p.
ISBN: 978-607-11-1783-0
No tengas miedo.