"Si no estamos primero vivos, la ciencia y la filosofía no nos
servirán de mucho. Para estar vivo, es necesario alimentarse
bien y en todos los planos. Por otra parte, el saber que se les
da a los estudiantes en las universidades, no los alimenta. Es
por esto que, a menudo, tienen las piernas temblorosas, el
corazón vacío y niebla ante los ojos – simbólicamente
hablando -.
En la escuela de los Iniciados, por el contrario, se alimenta
bien a los estudiantes, y cuando ya están fuertes, robustos, se
les da un arado, se les explica cómo labrar la tierra y se les
pone a trabajar.
Evidentemente, aquí también la tierra es un
símbolo; es la que cada hombre posee en sí mismo: su cabeza.
Los que saben labrar y sembrar buenas semillas en su propia
tierra, comerán hasta la saciedad toda su vida. Los demás,
sólo verán crecer cardos, espinas y zarzas que, no solamente no
les serán útiles, sino que además les harán daño y harán
daño también a los demás."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!