"¿Quién no conoce este mandamiento dado por Jesús:
«Amarás amtu prójimo como a ti mismo»?
Incluso si se considera que es difícil ponerlo en práctica,
se cree generalmente que es fácil comprenderlo.
Pero yo os pregunto:
¿cómo las personas se aman a sí mismas?
Realizan excesos de toda índole, maltratan su
estómago, sus pulmones, su corazón, su cerebro… Si
preguntáramos a todos estos órganos lo que piensan del
amor de los humanos, os contarían sus sufrimientos y
sus descontentos.
El ser humano olvida muy a menudo que su cuerpo físico
representa toda una población, millones de células con
funciones bien definidas: hallamos soldados, médicos,
ministros, arquitectos, obispos, farmacéuticos…
exactamente como en la sociedad. Y el hombre que es el rey
de este pueblo no se preocupa mucho de él; es por este motivo
que sus células se quejan sin cesar de este rey injusto,
ignorante y perezoso, que las alimenta mal y las deja
sin luz, sin calor, sin aire puro.
Entonces,
¿qué amor puede tener por los demás cuando se
quiere tan mal a sí mismo? "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!