En cierta ocasión, un reportero le preguntó a un agricultor
si podía divulgar el secreto de su maíz, que ganaba el concurso
al mejor productor año tras año.El agricultor confesó que se debía
a que compartía su semilla con los vecinos. ¿Por qué comparte su
mejor semilla con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso?
Preguntó el reportero.-Verá usted, dijo el agricultor. El viento lleva el polen
de un sembradío a otro. Si mis vecinos cultivaran un maíz de calidad inferior,
la polinización cruzada echaría a perder la calidad del mío. Si siembro buen maíz,
debo ayudar a que mi vecino también lo haga. Lo mismo ocurre en nuestra vida.
Quienes decidan vivir bien, deben ayudar a que los demás vivan bien, porque el
valor de una vida se mide por las vidas que toca. Quienes optan por ser felices,
deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, pues el bienestar de cada uno
está unido al bienestar de todos. Hacer por otros lo que querramos que hagan por
nosotros, debe de ser la regla que nos guíe.
*Compartido por mi amigo @guty_nice
Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!