Si el envidioso fuera medianamente inteligente,
superaría su triste defecto o, al menos, lo disimularía,
porque como decía Napoleón:
"La envidia es una declaración de inferioridad".
Si padeces de acoso o tratan de derrumbarte, algún
mérito tendrás. Recordemos la sabiduría de este proverbio árabe:
"Solo se tiran piedras al árbol cargado de frutos"
Finalmente, alguién cercano a mi decía:
'La mediocridad es el tributo que la envidia paga al talento'
Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!