Cuánta gente rechaza la religión y la moral porque 
predican la renuncia, el sacrificio y ¡no tienen ningunas 
ganas de renunciar y sacrificarse.
! Pero,  ¿por qué? Porque todavía no han comprendido
 bien el significado ni los beneficios que pueden obtener de ello.
La renuncia no es una privación. Renunciar es sólo desplazarse,
 es decir hacer en un plano superior lo que hasta entonces se hacía
 en un plano inferior.
 Por ejemplo: en lugar de seguir bebiendo agua de las ciénagas donde
 pululan microbios, simbólicamente hablando, os acostumbráis a beber
 agua de una fuente pura y cristalina. No beber es la muerte. 
Aquél que dice: «Ya no beberé más»  se seca y muere. Es el agua de las
 alcantarillas la que debe renunciar a beber, con el fin de beber
 el agua celestial."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!