Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!
martes, 8 de noviembre de 2011
¿Cómo sería un día sin....lo 0bvio?
La obviedad causa ceguera --física, mental y sentimental. Lo más obvio es lo que dejamos de percibir o sentir. Nos acordamos que tenemos pulmones, solo cuando enfermamos de gripe, resfriado o neumonía. Igual pasa con nuestro corazón, estómago, oídos o cerebro.
Recuerdo que en el libro de lectura de mi hermano miguel, en la escuela primaria, había una página con el dibujo de un nopal mostrando apetitosas tunas rojas, abajo del cual en el fragmento correspondiente, se leía en una de sus líneas: 'al nopal sólo vas cuando tiene tunas'. Que gran lección se encerraba en esa breve oración, al describir la naturaleza humana, en lo referente al acendrado egoísmo que somos capaces de llevar; y que se convierte en una actitud invisible, en la que no reparamos, que se forma desde nuestra infancia y que mal cultivada en las etapas adultas, se convierte en una obviedad negativa.
Al viajar en avión, al momento del despegue, se nos dan instrucciones de seguridad. Una de ellas nos dice que en el remoto caso de una pérdida de presión, si vamos acompañados de niños, primero nos coloquemos la mascarilla de oxígeno y después lo hagamos con los niños, ancianos o personas discapacitadas. Este es el caso positivo de primero ver por nosotros y después por el prójimo. Obvio que hay excepciones a lo que percibimos como obvio, pero......
Si por un Sólo Día hicieramos a un lado lo obvio, esas pequeñas y grandes cosas que no vemos....
¡El mundo sería mucho más mejor!