Un diputado muere y pasa a donde seguramente la mayoría de los diputados van. Una vez ahí,
decide interponer un recurso de queja en materia de Defunciones Prematuras. Después de todo, él sólo tenía 40 años de edad.
Se establece el siguiente diálogo:
Diputado: Estarán de acuerdo que soy demasiado jóven para estar aquí; considerando mi
impecable record de salud perfecta, sin un sólo catarro en años y peso normal;
Tribunal de
Admisiones
Prematuras (TAP): Parece que así es;
Diputado: Entonces, ¿qué clase de explicación tienen para mi caso?
TAP: Tenemos que consultar nuestros registros otra vez (les toma 10 minutos
en la super computadora de alta velocidad); Creo que ya tenemos la respuesta
Diputado: ¿Cuál es?
TAP: Calculamos tu edad por el tiempo que dijiste que habías trabajado en la
Cámara (tribuna, comisiones, gestión, etc) y para el partido; y de acuerdo con
ello, tu deberías de tener por lo menos 92 años.....
Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!