Un pastor dirigía unas palabras en culto dominguero de la siguiente manera:
'Esta mañana queridos feligreses voy a hablar de la relación entre la fe y los hechos.
Es un hecho que ustedes están sentados en la banca de la iglesia, ¿verdad?
--Sí, asintieron todos
También es un hecho que yo estoy parado enfrente de ustedes, ¿No es cierto?
--Sí, asintieron otra vez
Pero es la Fe lo que me hace cree que ustedes escucharán lo que tengo que decir...
Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!