Pertenecemos a una institución educativa cuyo espíritu exige formar intelectuales al servicio del pueblo, particularmente en la ayuda, promoción y desarrollo del campo, hoy tan deteriorado. Los profesores de la UACh rechazamos también la criminalización y persecución de los movimientos sociales y políticos. Nos interesa poner a la luz pública que a las autoridades universitarias y federales no les interesan la productividad del campo, la excelencia educativa, el bienestar social y mucho menos, la preservación de los recursos naturales.
Nuestro movimiento no se reduce a demandar una reivindicación salarial o económica; ésta es sólo la causa material: nuestra causa formal es contribuir, desde nuestro ámbito educativo, a lograr una verdadera transformación de nuestra universidad y del país. Es un manifiesto en contra de una política educativa que se concreta en limitar el número de profesores, aumentar la carga de trabajo académico, la evaluación, la certificación, acreditación, competitividad, pertinencia y todos esos paradigmas que han dado al traste con el avance de la academia y que han fraccionado al gremio académico, generando la pérdida de identidad social y de solidaridad gremial. Esta política económica promueve que las personas sean consideradas como simples objetos y mercancías de cambio, y no como seres con dignidad y capacidad de discernimiento, que ejercitan en la medida en que pueden aspirar a mejores condiciones de vida.
Profesores de la UACh.
Responsable de la publicación: José Antonio Anaya
No todo lo que se siembra es cosechado; pero todo lo que se cosecha ha sido sembrado