"Antes de ser regiones del mundo invisible descritas por la
religión, el infierno y el paraíso son dos formas de vida que
podemos encontrar en nosotros mismos.
La vida del infierno es oscura, turbulenta; es simbólicamente la del tubo digestivo, del vientre, del sexo.
La vida del paraíso es sutil, pura y luminosa: es, simbólicamente, la de los pulmones, el corazón y el cerebro.
En nosotros, el infierno y el paraíso están separados por el
diafragma; pero deben trabajar juntos, la estructura de nuestro
cuerpo nos lo dice.
Sólo que siempre debemos procurar que el lado
superior domine al lado inferior, que sea allá arriba donde la
conciencia establezca su morada: el infierno proporcionará
entonces los materiales, las fuerzas brutas que el paraíso
dirigirá y fecundará.
Por esto esforzaos en vivir en vuestro
paraíso y, desde allí, aprended a dirigir las fuerzas de vuestro
infierno."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
religión, el infierno y el paraíso son dos formas de vida que
podemos encontrar en nosotros mismos.
La vida del infierno es oscura, turbulenta; es simbólicamente la del tubo digestivo, del vientre, del sexo.
La vida del paraíso es sutil, pura y luminosa: es, simbólicamente, la de los pulmones, el corazón y el cerebro.
En nosotros, el infierno y el paraíso están separados por el
diafragma; pero deben trabajar juntos, la estructura de nuestro
cuerpo nos lo dice.
Sólo que siempre debemos procurar que el lado
superior domine al lado inferior, que sea allá arriba donde la
conciencia establezca su morada: el infierno proporcionará
entonces los materiales, las fuerzas brutas que el paraíso
dirigirá y fecundará.
Por esto esforzaos en vivir en vuestro
paraíso y, desde allí, aprended a dirigir las fuerzas de vuestro
infierno."
Omraam Mikhaël Aïvanhov