"...compadeced a la nación que está llena de creencias y vacía de religión.
Tened piedad de la nación que lleva vestidos que no teje ella misma,
que come un pan cuyo trigo no cosecha y que bebe un vino que no mana
de sus propios lagares.
Compadeced a la nación que aclama a un fanfarrón como a un héroe, y
que considera bondadoso al oropelesco y despiadado conquistador.
Compadeced a la nación que desprecia las pasiones cuando duerme, pero
que, al despertar, se somete a ellas. Compadeced a la nación que no eleva
la voz más que cuando camina en un funeral, que no se enorgullece sino
de sus ruinas, y que no se rebela sino cuando su cuello está colocado entre
la espada y el zoquete de madera.
Compadeced a la nación cuyo estadista es un zorro, cuyo filósofo es un
prestidigitador y cuyo arte es un arte de remiendos y gesticulaciones imitadoras.
Compadeced a la nación que da la bienvenida a su nuevo gobernante con
fanfarrias, y lo despide con gritos destemplados, para luego recibir con más
fanfarrias a otro nuevo gobernante.
Compadeced a la nación cuyos sabios están aniquilados por los años, y cuyos
hombres fuertes aún están en la cuna. Compadeced a la nación dividida en
fragmentos, cada uno de los cuales se considera una nación..."
Khalil Gibrán
Tened piedad de la nación que lleva vestidos que no teje ella misma,
que come un pan cuyo trigo no cosecha y que bebe un vino que no mana
de sus propios lagares.
Compadeced a la nación que aclama a un fanfarrón como a un héroe, y
que considera bondadoso al oropelesco y despiadado conquistador.
Compadeced a la nación que desprecia las pasiones cuando duerme, pero
que, al despertar, se somete a ellas. Compadeced a la nación que no eleva
la voz más que cuando camina en un funeral, que no se enorgullece sino
de sus ruinas, y que no se rebela sino cuando su cuello está colocado entre
la espada y el zoquete de madera.
Compadeced a la nación cuyo estadista es un zorro, cuyo filósofo es un
prestidigitador y cuyo arte es un arte de remiendos y gesticulaciones imitadoras.
Compadeced a la nación que da la bienvenida a su nuevo gobernante con
fanfarrias, y lo despide con gritos destemplados, para luego recibir con más
fanfarrias a otro nuevo gobernante.
Compadeced a la nación cuyos sabios están aniquilados por los años, y cuyos
hombres fuertes aún están en la cuna. Compadeced a la nación dividida en
fragmentos, cada uno de los cuales se considera una nación..."
Khalil Gibrán