Una tarde, hace muchísimo tiempo, Dios convocó a una reunión. 
Estaba 
invitado un ejemplar de cada especie. 
Una vez reunidos, y después de 
escuchar muchas quejas,
 Dios soltó una sencilla pregunta: "¿Entonces, qué te 
gustaría ser?".
 A la que cada uno respondió sin tapujos y a corazón abierto: 
La jirafa dijo que le gustaría ser un oso panda. 
El elefante pidió ser 
mosquito. 
El águila, serpiente. 
La liebre quiso ser tortuga, y la 
tortuga, golondrina. 
El león rogó ser gato. 
La nutria, carpincho. 
El 
caballo, orquídea. 
Y la ballena solicitó permiso para ser zorzal... 
Le 
llegó el turno al hombre, 
quién casualmente, venía de recorrer el camino de la 
verdad. 
Él hizo una pausa, y esclarecido exclamó: 
--Señor, yo quisiera ser... 
feliz. 
*Vivi García 
Nuestro deber es construir un mundo mejor, ¿Que clase de hombre es aquel que no quiera cambiar el mundo por uno mejor? Nuestra pequeñez en el vasto universo no debe limitarnos para mejorarlo. Para alcanzar lo posible, hay que intentar lo imposible. Creo firmemente que para cambiar al mundo hay que empezar por nosotros mismos. Labrar en nosotros mismos la mejor persona en que nos podamos convertir. ¡Al cambiar nosotros, el mundo cambia!